martes, 12 de junio de 2007

Copa América 2007: ¡A ganarla!


Artículo publicado en la revista Fox Sports, en mayo de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES

Después de varias ediciones en las que los principales países menospreciaron al torneo, la Copa América recupera en Venezuela su brillo histórico, con selecciones que van con todo su potencial.

Presentarse con un equipo “B” en un torneo continental de la trascendencia de la Copa América es un insulto a los aficinados, una falta de respeto a la historia y un desprecio al fútbol todo. Ya son conocidas las excusas de las estrellas, que sienten todo el cansancio de la temporada cuando llega el momento de vestir la camiseta de su Selección, fatiga que no registran cuando engrosan sus billeteras representando a sus clubes. Los futbolistas tienen sus razones para pedir un descanso (como el que le solicitaron Ronaldinho y Kaká al entrenador Dunga, tras dos años de jugar sin parar), pero no deben olvidar que el prestigio y los privilegios que hoy en día gozan nacen a partir del sostén de la afición.
En la última década, la Copa América fue tomada por varios directores técnicos como un estorbo en medio de las Eliminatorias mundialistas; esta vez no será así. Reprogramada de acuerdo al nuevo calendario de la FIFA, la cita continental será previa a los juegos preliminares a Sudáfrica 2010 y representa una excelente oportunidad para poner a punto lo mejor de cada Selección.
Búsqueda de revancha, necesidades de victoria, entrenadores obligados a demostrar su real valía, confirmaciones de un crecimiento, intento de despegue... Cada uno de los doce países tiene su motivo íntimo para ir a Venezuela con lo mejor de su fútbol. Vale entonces el repaso a las diferentes situaciones que le pondrán emoción al verano venezolano.

ESPINAS CLAVADAS
Hubo dos Seleccionados que fueron al Mundial de Alemania con un auténtico cartel de candidato: Brasil y Argentina figuraban arriba en todas las encuestas y también en las apuestas. Por ello, la eliminación de ambos en cuartos de final alimentó una incontestable sensación de fracaso. En Brasil, Carlos Alberto Parreira le dejó su lugar a Dunga; y en Argentina fue Alfio Basile quien regresó para remplazar a José Pekerman. Los dos nuevos DT tienen la imperiosa necesidad de retomar la senda del éxito.
Los argentinos no levantan un trofeo desde 1993. El último festejo fue en la Copa América organizada por Ecuador, cuando fueron comandados por el mismo Basile. El Coco, como lo llaman, trabaja con 21 futbolistas del medio local, pero promete juntar todas las piezas en Venezuela: “Voy a elegir a los 22 mejores para la Copa América. Eso sí, argentinos son todos: los que están en México, en Alemania, en Portugal... Yo veo todo, sé todo”.
Con una lista de nombres envidiable para formar el equipo, Basile comenzó su ciclo con dos caídas, ante Brasil y España. Estos resultados minaron la confianza pero la victoria sobre Francia en París recuperó los ánimos. Más allá del absurdo (y efímero) primer puesto en el Ranking FIFA, Argentina no es ni el mejor del mundo ni un rival para confiarse. Por estos días, Basile está dibujando en su mente el esquema que utilizará en Venezuela.
Es un ancho abanico de variantes que en sus extremos tiene a un equipo de estrellas consagradas en Europa y, en el otro, a una oncena de futbolistas que brillan en el Torneo Clausura del fútbol argentino.
En ambas opciones hay nombres de peso. Por un lado están Hernán Crespo, Javier Saviola, Javier Zanetti, Roberto Ayala, Esteban Cambiasso y varios consagrados en los más ambiciosos clubes del Viejo Continente. Por el otro, hay destaques defensivos como Hugo Ibarra (Boca Juniors) o Jonathan Bottinelli (San Lorenzo), creadores de juego como Daniel Montenegro (Independiente) o Fernando Belluschi (River Plate) y potencia goleadora en los pies de Mariano Pavone (Estudiantes de La Plata) y Rodrigo Palacio (Boca Juniors). Todos amalgamados en la visión colectiva de Juan Sebastián Verón, un tiempista de lujo con ganas de revancha en su Selección.
Del lado de Brasil, Dunga va por su primera gloria y también desea formar al equipo más competitivo que pueda: “Las puertas de la Selección están abiertas a todos (incluido Ronaldo). Estaré observándolos”, sentenció; pero dejó en claro que el Scratch está antes que las individualidades: “Pueden jugar como un equipo si están dispuestos a sacrificarse por el conjunto”.

LA HORA DE VOLVER
Uruguay y Colombia sienten necesidades similares: ausentes en Alemania 2006, tienen en Venezuela la oportunidad de lanzar nuevos procesos que abran lugar a la ilusión. Oscar Washington Tabárez y Jorge Luis Pinto deberán revertir la pálida imagen que sus Selecciones vienen dando en los últimos años.
El Maestro, como apodan a Tabárez, prefiere el perfil bajo, pero los números de su proceso son alentadores: jugó 11 partidos de los cuales ganó 8, empató 1 y perdió solamente 2.
A los colombianos la suerte no les deparó una zona de las más sencillas, pero este nuevo certamen sudamericano representa para los cafeteros una posibilidad de rehabilitación después de las dos ausencias consecutivas a la Copa del Mundo.
El triunfo sobre Paraguay (justamente su primer adversario en la Copa América) en el amistoso del pasado 28 de marzo en Bogotá le sirvió a los aficionados para ahuyentar fantasmas; y a Pinto, para seguir estructurando un nuevo equipo “con una mentalidad más dinámica y agresiva, de fútbol más rápido”.

LA CONFIRMACIÓN
Paraguay, presente en las tres últimas Copas del Mundo, y Ecuador, en dos, están ante el desafío de demostrar que el lugar que alcanzaron en Sudamérica no se debe al hecho coyuntural de una generación exitosa.
Esta nueva Selección albirroja, con el argentino Gerardo Martino al timón, no va a renegar de la solidez estructural de las anteriores versiones, especialmente en defensa, e irá al frente con un poder ofensivo que mete miedo a cualquier rival: pocos equipos nacionales se dan el lujo de contar con tantas variantes ofensivas. Roque Santa Cruz (Bayern Munich), Nelson Haedo Valdez (Borussia Dortmund), Oscar Cardozo (Newell’s Old Boys), Salvador Cabañas y Nelson Cuevas (ambos de América de México) forman un quinteto que impone respeto.
Por su parte, Ecuador no tiene más que seguir recorriendo con fidelidad el camino que se propuso. Ya identificados a pleno con la ‘escuela colombiana’, los futbolistas de la mitad del planeta creen y confían en el estilo que le impusieron entrenadores como Francisco Maturana, el ‘Bolillo’ Gómez y actualmente Luis Fernando Suárez.
A la tradicional habilidad de sus jugadores, Ecuador le sumó la disciplina táctica y fue desterrando la ingenuidad de antaño: ya nadie los golea y ahora pueden ser una pesadilla para cualquiera. Nombres como los de Edison Méndez (PSV Eindhoven), Ulises De la Cruz (Reading, Inglaterra), Neicer Reasco (Sao Paulo) o Iván Hurtado (Nacional de Medellín) son la confirmación de que Ecuador irá a Venezuela con un plantel de experiencia mundialista.
Tanto para paraguayos como para ecuatorianos, la Copa América será la oportunidad de certificar su crecimiento.

EL LOTE DEL FONDO
Chile, Perú y Bolivia viven un presente futbolístico pobre y no llegan a Venezuela con grandes expectativas.
Los chilenos ponen su fe en sus individualidades, como Matías Fernández, Humberto Suazo o Jorge Valdivia; cuando se juntan, como lo hicieron en la mejor versión del Colo Colo 2006, pueden prender la luz de alerta en las defensas adversarias.
Perú tuvo históricamente jugadores de fino pie para el balón, pero hoy la camiseta blanca con la franja roja no infunde temor. ¿Lo mejor? La capacidad de conducción de Nolberto Solano, pero sus diferencias con la dirigencia lo tienen al margen de la Selección. Sin él, las expectativas ofensivas se posan en Jefferson Farfan (PSV Eindhoven), Claudio Pizarro (Bayern Munich) y Paolo Guerrero (Hamburgo).
La eterna clave de Bolivia es hacerse fuerte en los 3.600 metros de altura de la ciudad de La Paz. Pero cuando baja al llano demuestra falencias sobre las que Erwin Sánchez, su entrenador, deberá trabajar largamente.

INVITADOS DE LUJO
Estados Unidos crece a ritmo lento pero constante. Ya no es sorpresa que venza a un sudamericano. Desde que lo conduce Bob Bradley muestra su mejor rostro y tiene a Landon Donovan inspiradísimo.
Lo de México es más ambicioso. Dirigido por Hugo Sánchez, tiene al mejor plantel azteca de la historia y debe seguir la vía exitosa de sus clubes, que ya pisan fuerte en los torneos de la Conmebol.

HOGAR, DULCE HOGAR
Venezuela ganó sólo 1 de los 45 partidos que jugó en la historia de la Copa América. De la mano de Richard Páez, el entrenador que le imprimió el espíritu competitivo y desterró los complejos del pasado, la Vinotinto suma posibilidades en casa. Su fútbol ofensivo y el apoyo del público, sumado a estadios de primer nivel, pueden significar el despegue definitivo del fútbol en el país caribeño.
Nueve ciudades de Venezuela revivirán la pasión de un continente que respira fútbol. Con doce países que pondrán sobre el césped lo mejor que tienen, queda una esperanza: la próxima Copa América puede ser la mejor de los últimos tiempos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Argentina y Brasil son las favoritas. Me interesa ver como ha progesado el fútbol de Venezuela y si aprovecha la ventaja de ser local. México también puede dar la sorpresa con Hugo Sánchez al frente.