lunes, 30 de abril de 2007

Alemania - United Colors of Bundesliga

A pesar de la xenofobia que crece, el 45 por ciento de los jugadores de la primera división alemana es extranjero. ¿Cómo hace el país que parió el nazismo para erradicar del fútbol este mal que aún late en su sociedad?

Artículo publicado por la revista El Gráfico en 2001.
Por PABLO ARO GERALDES


La escena suena más que ridícula. El estadio Olímpico de Munich espera la salida del Bayern y por el túnel se asoman solamente cuatro jugadores: el arquero Oliver Kahn, el defensor Jens Jeremies, el volante Stefan Effenberg y el delantero Mehmet Scholl. En un pizarrón táctico aparecen sus nombres. Son los cuatro alemanes titulares del campeón y junto a ellos figuran, pero tapados, jugadores como el francés Lizarazu, el bosnio Salihamidzic o el paraguayo Santa Cruz. La escena es parte de una campaña del club junto a la automotriz Opel, que es su sponsor, y el remate se pregunta: “¿Extranjeros fuera?". Hoy por hoy, ni el Bayern ni ningún otro equipo de la Bundesliga podría prescindir de sus extranjeros, pese a que en el país la violencia racial y xenófoba suele comerse bloques enteros de los noticieros. Los hombres llegados a Alemania desde todos los rincones del planeta le aportan al torneo una diversidad futbolística que fuera de las canchas todavía es foco de intolerancia.

El aviso apareció en un momento en que el odio va en aumento. Las víctimas, como siempre, son las minorías. Turcos, gitanos, judíos, todos representan una amenaza para las mentes enfermas. “Ese turco vino a quedarse con mi puesto de trabajo”, es una de las frases más escuchadas entre los jóvenes cabeza rapadas, que intentan justificar un desprecio hacia el diferente. Y el fútbol, que no está en una cajita de cristal, también lucha contra la discriminación. El problema empezó en los años ’80, cuando los hooligans que aparecían en las tribunas alemanas eran a la vez seguidores de movimientos de extrema derecha.Hoy, pese a los ataques a extranjeros, la Bundesliga es un ejemplo de lo contrario, de aceptación de las diferencias.

¿Cómo hizo el país que vio nacer el nazismo para erradicar del fútbol este mal que sigue latente en la sociedad? ¿Cómo hace para sacarse de encima la imagen de esos skinheads pateando a un hombre en el piso por el solo hecho de haber nacido en Pakistán o Túnez? El problema fue superado con la llegada de más y más jugadores. A contramano de las crónicas negras que tienen como escenario a Alemania, la Bundesliga es el campeonato con más extranjeros en todo el mundo. El 45% de todos los jugadores de Primera nació fuera de Alemania.

El peruano Claudio Pizarro, figura del Werder Bremen, se adaptó rápido a la vida alemana y es testigo de este progreso del fútbol sobre el resto de la sociedad. “Es verdad que si no hablás el idioma las cosas son más difíciles, pero jamás tuve problemas por ser extranjero. Los alemanes nos reciben bien; me integré enseguida y es más, ya hice algunas amistades”, resume el delantero, que tampoco come vidrio: “Conozco, sí, un caso de racismo; el de mi compañero Tjikuzu, que es de Namibia. Cuando él estaba en las inferiores lo insultaban por ser negro y tuvo que pelearse varias veces”.

Esa magia que envuelve al jugador profesional, quizá repela los ataque que el resto de los extranjeros sí reciben, aunque los casos sean muy puntuales. Jörg Wolfrum, redactor del Argentinisches Tageblatt –semanario argentino editado en alemán–, tiene una explicación para esta inmunidad que gozan los futbolistas: “Los hinchas aman a sus estrellas, sean alemanes o extranjeras. Lo que más les importa es que gane su equipo”.

Buena letra para el 2006
Durante la campaña para conseguir la sede del Mundial 2006 y más todavía ahora que se logró el objetivo, la prensa y los hinchas presionan a la federación de fútbol (DFB) para que tome medidas más estrictas contra los casos de discriminación. Los clubes de Primera anunciaron que no tolerarán ningún tipo de abuso verbal racista ni la exhibición de símbolos neonazis, y se pusieron a trabajar.

En la primera fecha, la policía de Dortmund detuvo a 15 personas antes del partido con el Hansa Rostock cuando hacían el desafiante saludo del brazo derecho en alto y gritaban consignas como los viejos "Heil Hitler". A las pocas semanas el Shalke 04 demandó a cinco hinchas que también cantaron estrofas neonazis. Les prohibieron la entrada al estadio y están acusados de “apología del odio racial, exhibición de insignias de organizaciones prohibidas, amenazas y violencia”. En algunas partes del mundo la justicia es rápida, y por eso es más justa. En 1999, el Stuttgart echó del plantel al defensor Thorsten Legat, por pegar una leyenda racista en la pared del vestuario contra su compañero Pablo Thiam, de Guinea, ahora nacionalizado alemán.

Para la DFB, “el fútbol debe ser visto como un deporte que una a los jugadores y a los hinchas de diferentes partes del mundo, sin importar el color de piel, la raza, religión u orientación sexual. Y los clubes deben asegurarse de que el fútbol sea sólo de los verdaderos aficionados y no a los hooligans”. Palabras que suenan a típico bla blá, pero que en Alemania reflejan una realidad: en la Bundesliga juegan futbolistas de 55 países diferentes y en las tribunas la violencia se terminó.

Cuando el ghanés Anthony Yeboah llegó al Eintracht Frankfurt, a comienzos de los ‘90, las hinchadas rivales le tiraba bananas. E incluso dentro de la cancha, sus rivales acostumbraban escupirlo e insultarlo. Era uno de los pocos negros que jugaban en Alemania y sus compañeros lo defendieron. Lo mismo le pasaba a su compatriota Anthony Baffoe, del Fortuna Düsselforf y al senegalés Souleymane Sane, del Wattenscheid, quienes tuvieron que soportar que varias hinchadas les dedicaran un repetido “hu-hu-hu”, tratándolos de monos, cada vez que tocaban la pelota. Viendo que estos gestos iban mucho más allá de las bromas, hace algunos años las autoridades comenzaron una campaña llamada “Mein Freund its Austländer” (mi amigo es extranjero). Los grupos de hinchas empezaron a trabajar junto a las autoridades municipales y la policía para depurar de sus filas a los violentos. Con un programa bien organizado, cada año los casos se reducen cada vez más. Tampoco faltan los gesto políticamente correctos: cuando la selección alemana enfrentó a un combinado de extranjeros, Yeboah fue el abanderado.

El hincha verdadero tiene el mismo aprecio por sus ídolos nacionales que por los extranjeros. Y a veces, hasta quieren más a los de afuera. “Aquí, en el estadio de Werder Bremen –cuenta el traductor del equipo- como señal contra el racismo empezaron con los gritos de mono cuando el arquero de la selección alemana, Oliver Kahn, un tipo muy rubio, blanco y odioso, estaba en posesión del balón”.

Rodolfo Cardoso tiene experiencia en el trato con los alemanes. El único argentino de la Bundesliga juega en el Hamburgo y cree que los latinos son mejor recibidos. “Siempre traté de integrarme, de aprender el idioma, y por eso no sentí la discriminación. El latino se adapta mejor que los inmigrantes del este de Europa, que siguen muy atados a sus costumbres. Son formas de ser diferentes. Mahdavikia y Hashemian, mis compañeros iraníes, hacen la suya y nadie los molesta”.

-¿Viviste o fuiste testigo de algún acto discriminatorio? -Estoy en Alemania desde hace varios años y no tuve ningún inconveniente, ni dentro ni fuera de la cancha, pero es verdad que algunos te tratan con desconfianza cuando sos extranjero. Si esto se da con los futbolistas, que somos conocidos, es todavía peor con los trabajadores comunes.
-¿Sobretodo con los turcos? -Sí, hay gente que los rechaza por su religión, por su carácter fuerte. Uysal, el turco del Hamburgo, no tuvo inconvenientes porque es rubio y tiene los ojos celestes, pero si tenés la piel oscura te pueden discriminar.

Ailton, el brasileño del Werder es negro, pero su color nunca lo puso en problemas. “No puedo hablar de discriminación, todo lo contrario. Me encontré con un país de primer nivel, donde me recibieron muy bien. Jamás vi banderas ni inscripciones racistas, sino que al entrar a la cancha flamean banderas de Brasil”, relata el delantero que sólo tuvo referencias del racismo por su compatriota Julio Cesar. “Hace unos años, no lo dejaron entrar a una disco, pero nada más, fue un caso aislado” asegura y concluye terminantemente: “Alemania no es un país racista”.

Liga de las Naciones
Con 228 extranjeros en Primera, el alemán debería ser un torneo de primer nivel. ¿Están las grandes figuras de la Argentina, Brasil y Uruguay? No, para nada. ¿Los campeones africanos y olímpicos de Camerún? No frío, frío. ¿Le roban España e Italia las estrellas más brillantes?. Claro que no. Muchos son jugadores sin más pretensiones que mostrarse en Europa, o en un campeonato competitivo, como es el caso de los que llegan del bloque oriental.

La Bundesliga 2000 es la más pobre de los últimos años. Y ante las caídas de presupuesto y la necesidad de mano de obra barata, se buscan extranjeros. Para esta temporada, todos los equipos juntos gastaron 70 millones de dólares en la compra de jugadores, poco más de lo que le costó Figo al Real Madrid. En promedio, cada equipo gastó lo mismo que lo que cuesta el pase de Roberto Pompei. Y la contratación más cara del verano alemán fue la del nigeriano Sunday Oliseh, de Juventus al Borussia Dortmund, por 7 millones. Ningún talento del otro mundo. Además, si se tiene en cuenta que el Bayern Munich siempre marca el ritmo del mercado de pases y gasta mucho más que el promedio, el resto de los clubes se mueven con números que apenas alcanzan las siete cifras. Son presupuestos típicos de los equipos del Nacional B argentino.

El fútbol alemán atraviesa una etapa de crisis. Eliminado prematuramente en los últimos dos mundiales y tras una pésima Eurocopa, Alemania sufre el recambio generacional. Y el círculo vicioso gira sin parar: baja nivel local, más extranjeros; y a más extranjeros, menos figuras locales. Varios planteles tienen más extranjeros que alemanes y Berti Vogts, ex técnico de la selección, encendió la polémica en agosto, cuando dijo públicamente que en la Bundesliga debía haber menos extranjeros, porque con ellos, los talentos jóvenes no tenían chances de aparecer en Primera.

Pero esta falta de cracks no le quita interés al campeonato. Pese al predominio del Bayern Munich, que siempre pelea en los primeros puestos, el torneo es parejo y tiene el promedio de goles por partido más alto de las grandes ligas de Europa (2,89). Y aunque este año empezaron los codificados, con partidos del viernes y todo lo conocido en transmisiones de TV, cada partido es seguido por una media de 31.200 espectadores, más que Italia y España.

Detrás del largo muro
Aunque pasaron diez años de la caída del Muro de Berlín, en lo social y económico todavía existen dos alemanias. Al del oeste, la mayor potencia de Europa, y la del este anclada en el tiempo, que sufre de una falta de identidad terrible: tuvo que pasar del comunismo a un consumismo que les pasa por encima. En algunas ciudades la desocupación llega al 30% y la cultura de los skinheads encuentra terreno fértil para su mensaje de “Alemania para los alemanes”. Cada vez más ciudadanos del este comparten ideas de extrema derecha. El periodista alemán Josef Oehrlein trata de entender el fenómeno: “En Alemania Oriental se reprimía cualquier sentimiento nacional. No se podía viajar, ni conocer otras partes del mundo y por eso se consideran más alemanes que los del oeste. Pero en el subsuelo latía el nacionalismo”.

Así lo notó el defensor Fernando Cassano, ex Chacarita, que juega en el Dresdner, de la tercera división, en la parte oriental: “Acá se nota más la xenofobia. Voy por la calle con mi compañero Sergio Bustos y cuando nos escuchan hablar en español nos miran mal y hacen comentarios en voz baja. En el este se suelen ver pintadas tipo “fuera extranjeros” o la cruz esvástica, pero no me tocó vivir ningún hecho violento. Estas pintadas aparecen en los barrios más pobres, donde hay muchos inmigrantes turcos. Algunos alemanes piensan que vienen a quitarles el trabajo”.

Sumergida durante décadas en el régimen soviético, Alemania Oriental no tiene esa vivencia de una sociedad multicultural, la falta de empleo hace que aparezcan estas expresiones. El periodista Wolfrum agrega que “en el este es más aceptado hasta políticamente. Hay alcaldes que justifican los ataques xenófobos quitándole importancia al asunto. Está más difundido en la sociedad, por un cambio de vida tan drástico. En el este los neonazis son casos bien aislados; en el este son parte del pensamiento difundido”.

Alemania Oriental es la hermana pobre y en el fútbol se nota. Sólo dos equipos sobreviven en la Bundesliga. Uno es el Hansa Rostock, el otro un club que debutó este año en Primera y que ya batió un récord. No por su desempeño, claro. El Energie Cottbus bucea en el fondo de la tabla pero en septiembre pasó a la historia por poner solamente a dos alemanes en la cancha para enfrentar a Freiburg. Eduard Geyer (último técnico de Alemana Oriental e informante secreto de la Stasi, la KGB germana) fue su técnico hasta que lo echaron el mes pasado y sostiene que "muchos jugadores alemanes carecen de técnica, algunos no saben ni lo que es un pase al área". Pero esta crítica no es el único motivo por el que no ponía titulares alemanes. El presidente del club resalta que muchos futbolistas nacionales se niegan a ir a jugar a un equipo tan modesto como el Cottbus.

Por eso los hinchas de esta ciudad pegada a Polonia reciben con los brazos abiertos a los jugadores extranjeros. Es curioso, pero en el este se da el fenómeno de hinchas de extrema derecha que en la cancha alientan a jugadores de la misma nacionalidad que sus víctimas de violencia callejera.

Camino al 2006
Para que la organización del Mundial 2006 se hiciera realidad, todos los partidos políticos se unieron. “Esta diversidad es un valor para nuestra imagen en el mundo”, explica Jörg Sürstenau, funcionario de la embajada alemana en Buenos Aires. Es cierto, Alemania hizo de esta Naciones Unidas que tiene en su Bundesliga uno de los pilares en los que apoyó su propaganda para conquistar los votos de la FFIA, más allá de los excelentes estadios y estructura con la que cuenta.

Dentro de la ley de inmigración, son varios los extranjeros que tomaron la ciudadanía alemana. Entre ellos varios negros. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque cueste imaginarlo, un negro puede aparecer con la camiseta de la selección germana. ¿Un alemán negro? Cardoso duda que esto pueda verse pronto. “Cuando se dijo que Pablo Thiam estaba en condiciones de ser convocado, públicamente no hubo reacciones, pero hablando con algunos jugadores, por lo bajo, muchos confiesan que no les cayó bien”. Además de Thiam, Gerald Asamoh (Schalke) y Otto Ado (Borussia Dortmund), ambos oriundos de Ghana, podrían ponerse la camiseta blanca, como alguna vez Francia, Inglaterra y hasta España vencieron los prejuicios y vistieron con sus colores nacionales a un inmigrante negro. Ese día, el fútbol alemán cantará su victoria sobre la xenofobia.

lunes, 23 de abril de 2007

River Plate - Los chicos primero

Artículo publicado en la revista Fox Sports, en abril de 2006.
Por PABLO ARO GERALDES

Las divisiones inferiores de River Plate no aflojaron su producción y, con la llegada de Daniel Passarella, los pibes tienen más posibilidades de debutar en Primera. Respetuosos de un estilo de juego, los responsables del club se diferencian de otras escuelas privilegiando el talento.

La historia de River Plate está emparentada con la formación de jugadores talentosos, de su semillero surgieron estrellas que escribieron páginas de oro del fútbol argentino. Y los años finales tienen nombres propios: Crespo, Saviola, Almeyda, Gallardo, Ortega, D’Alessandro, Mascherano, Demichelis…

En la última temporada, con la Primera conducida por Reinaldo Merlo, poco amigo de incluir juveniles en sus planteles, los chicos de inferiores no tuvieron posibilidades; pero detrás, en silencio, la fábrica de talentos no paró su producción.
El retorno de Daniel Passarella al club significó una buena noticia para las divisiones menores, la puerta abierta para el surgimiento de nuevas promesas. Ya pisaron Primera el arquero Juan Pablo Carrizo, los volantes René Lima, Augusto Fernández, Matías Abelairas y los delanteros Gonzalo Higuaín, Gonzalo Abán, Radamel Falcao García, Federico Almerares y la lista sigue con los nombres que piden pista, como el lateral José San Román y los volantes Nicolás Domingo y –sobre todo– Diego Buonanotte, la joya que ya tuvo su paso por la Selección Sub 17.

El caso de Buonanotte, que con su 1,60 metro y sus 53 kilos fue elegido en 2004 mejor jugador de las inferiores de AFA y ya tuvo la posibilidad de concentrar con la Primera, es una muestra de cómo los Millonarios seleccionan a los chicos. “Lo que vale para quedar en River es jugar bien, no hay misterios, es la tradición del club y lo que hace que a la larga se consigan buenos resultados”, explica Diego Quintás, presidente del Departamento de Fútbol Amateur.

Cada año River prueba a más de 25 mil jugadores en todo el país y termina incorporando a unos cincuenta. La cuenta da 1 cada 500, o un 0,2%. ¿Quiénes son esos pocos? En River hay una leyenda viviente llamada José Curti, integrante de “La Máquina”, y a sus ochenta y tantos es palabra sagrada a la hora de evaluar a los chicos que llegan: “Hay que buscar a los jugadores que tienen eso que no se puede enseñar: talento”.

A pesar de los coordinadores que pasan por las inferiores, la tradición se mantiene. Delem, referente por años de los juveniles riverplatenses, tiene claro que “si hay técnica, lo demás se puede mejorar. Sin técnica no podés jugar. Lo siento así como brasileño, y River es lo más parecido a este sentimiento”.

El tema del resultado está claro en la dirigencia: “En inferiores no se buscan títulos, resultado es sacar jugadores que lleguen a Primera”. Es cierto: nadie sabe quién fue campeón de novena o séptima… Ni Saviola ni Aimar ganaron un título en inferiores, pero luego llegaron muy lejos. Aunque Quintás aclara: “Los partidos contra Boca quiero ganarlos en las seis divisiones”.

Delem cuenta esta anécdota: “Estaba en un congreso con entrenadores de inferiores de Europa y ellos enumeraban los títulos conseguidos. Hablábamos de Aimar y me preguntaban cuántos campeonatos había ganado en los juveniles. Les respondí que ganó tres: uno, debutó en Primera; dos, fue a la Selección; y tres, lo compraron ustedes”.

A Delem lo sucedió Ruben Rossi, defensor campeón mundial juvenil de 1979 y seguidor de la filosofía futbolística de Menotti. Actualmente en Quilmes, Rossi recuerda su etapa como coordinador de inferiores de River: “Siempre perdíamos contra Boca; hasta hubo algún dirigente que pidió que me echaran. Si teníamos que perder, perdíamos. Pero sin traicionar la cuna”.La presión por el resultado es también un obstáculo para el trabajo desde la ambición de los padres, cebados por la ilusión de una riqueza fácil depositada en los pies de su niño. “Todos los chicos del interior vienen con un representante”, relata Quintás. Es que alrededor del posible botín sobrevuelan las aves de rapiña, hambrientas de una porción. Por eso ningún adulto puede entrar a las prácticas de River, ni padres ni representantes. “De las puertas para afuera es una jungla, pero en el club no entra nadie”. Bajo las tribunas del Monumental se custodia buena parte del ADN del fútbol argentino.

Nota: vaya este artículo como homenaje a Vladem Lázaro Ruiz Quevedo, más conocido como Delem, fallecido el pasado 28 de marzo.

viernes, 20 de abril de 2007

Lionel Messi - El gol del que habla el planeta

¿Quién no lo vio a esta altura? El golazo que Lionel Messi le marcó al Getafe quedará por siempre en la memoria de los aficionados, potenciado por un antecedente inigualable: el segundo tanto de Diego Maradona a Inglaterra, en la Copa del Mundo México 1986.

"Impossible is nothing" (Nada es imposible) reza el slogan de Adidas que cierra su corto publicitario. En él, Lionel Messi cuenta las dificultades que tuvo en su adolescencia por un retraso en su crecimiento. Antes de cumplir los veinte años, el pequeño gigante argentino deslumbró al mundo entero y forzó -aún más- la comparación con Maradona.

Es verdad: nada es imposible.

Gol correspondiente a la semifinal de ida de la Copa del Rey de España: Barcelona 5-2 Getafe

martes, 17 de abril de 2007

Gabriel Calderón - Nuevo DT de la Selección de Omán

Traducción del artículo publicado en la revista Kicker-Arabia Saudita, en abril de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES


La noticia llegó casi en silencio: a los 47 años, el argentino Gabriel Calderón se convirtió en el nuevo entrenador de la Selección de Omán, en reemplazo del local Hamad al Azzani, quien ejerció como coach interino tras la partida del checo Milan Macala.
Estará en el país vecino hasta 2010, pero Calderón no es un improvisado en la región: comandó al equipo nacional de Arabia Saudí desde noviembre de 2004 a diciembre de 2005, cuando luego de lograr la clasificación para Alemania 2006 sufrió una serie de derrotas ante Ghana y frente a Irak en los West Asian Games –en Qatar– y fue remplazado por el brasileño Marcos Paquetá.
La carrera de Calderón en el fútbol dice que jugó en Racing e Independiente, dos de los clubes más poderosos de Argentina, pero sus años más exitosos los vivió como centrocampista en Sevilla (España) y Paris St.Germain (Francia) antes de terminar en el fútbol suizo. Con la Selección Argentina jugó 24 partidos (1 gol) y se destaca su participación en las Copas del Mundo de España ’82 e Italia ’90, donde perdió la final ante Alemania.
Pero fue su título de Campeón Mundial Juvenil, en Japón ’79, el que marcó a fuego su ideología futbolística. Ese equipo era conducido por César Luis Menotti, el entrenador que el año anterior había ganado el primer mundial para Argentina. “César llegó a mi vida cuando yo era muy joven, es fundamental cómo enseña, cómo transmite y cómo uno recibe todo”, decía Calderón en diálogo con periodistas de su país. Es un seguidor convencido de los preceptos futbolísticos de Menotti: juego ofensivo, con respeto al balón, mentalidad ganadora.
Aunque su carrera como entrenador era corta (Caen de Francia y Laussane de Suiza), en 2004 le llegó la gran posibilidad: dirigir a Arabia Saudí. “Me formé bien desde abajo, siempre trabajando –narra Calderón–. Estuve en una escuela con Rafael Gordillo, aquel lateral del Real Madrid. Fueron siete años en los que llegué a lavar la ropa, además de entrenar. Después dirigí al Caen, al Lausanne, y desde hace más de seis años soy embajador de fútbol-base de la UEFA. Doy cursos junto al alemán Hansi Muller, el croata Boban y el búlgaro Alenikov. Y fui elegido por la FIFA como uno de los doce ex futbolistas que dan cursos a otros entrenadores. Fui a Arabia Saudí gracias al suizo Walter Gag: él le habló a Abdula Dabel, miembro honorífico de la FIFA, y me contrataron”.
Sabe que su trayectoria es corta, pero promete darle a Omán todo lo que vivió: “Quizá digan que no soy un gran entrenador. Pero con mi experiencia como jugador buscaré hacer lo mejor; siempre ofrezco lo máximo de mí”.
Su contacto con el fútbol de la región comenzó antes de dirigir a el equipo de Arabia Saudí: en 2003 fue observador del Mundial Sub20 en Emiratos Árabes Unidos y luego siguió la Copa del Golfo en Kuwait. Conoce el buen gusto futbolístico que hay en Medio Oriente, donde se prefiere el estilo brasileño o argentino antes que el europeo: “me gusta la forma en que ven el fútbol en los países de cultura árabe. El idioma que yo hablo es el del fútbol, un lenguaje universal que todos comprenden. Me adaptaré con facilidad al nuevo desafío”.
Pese a que los aficionados saudíes lo conocieron de cerca, pocos conocen la cara humanística de Calderón. A 8.000 kilómetros de Mascate, en un barrio muy pobre del suburbio de Buenos Aires, tiene una escuela de fútbol gratuita para los niños más humildes y huérfanos. “Allí siento que hago algo por mi gente –explica Calderón–. Es un proyecto que crecerá más rápido si algún club europeo me patrocina. Hasta ahora pongo todo yo, tenemos albergue y comida para treinta niños. Allí nadie tiene la seguridad de llegar a ser un futbolista profesional, pero yo les aseguro que vayan a la escuela y una formación deportiva digna”.
Ahora vienen desafíos más fuertes en la cancha. Los omaníes tuvieron un buen comienzo de 2007: llegaron a la final de la Copa del Golfo y perdieron ante los anfitriones de Emiratos Árabes Unidos 0-1, en Abu Dhabi. El DT argentino deberá mantener este perfil alto del equipo del sultanato. El bautismo será el 20 de junio: jugará un partido amistoso frente a Arabia Saudí, precisamente, en Malasia o Singapur.Luego llegará lo más fuerte. El 8 de julio irán a Bangkok, Tailandia, para enfrentar a Australia por la Copa Asiática de Naciones. Le seguirán los compromisos frente a Tailandia e Irak, el rival que hizo terminar su contrato saudí; será una gran posibilidad de desquite para Calderón.

viernes, 13 de abril de 2007

¡Viven! - Argentinos que regresan desde México

Columna publicada en la revista mexicana SoccerManía, en abril de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES

Los tiempos cambian y lo que hace años sería una alucinación propia del mundo del revés, hoy es una realidad incontestable.
Históricamente los jugadores argentinos cuyo nivel no alcanzaba para llegar al futbol europeo encontraban en México un refugio tapizado de dólares, sin las presiones y las exigencias de la altísima competencia, y donde solían ocupar un lugar destacado que en otras latitudes no hubieran hallado.
Sin embargo, el presente muestra que ya no cualquiera va al torneo mexicano “a robar la plata”, como se le dice en la Argentina a quien gana más de lo que sus méritos justifican. Claro, la participación en los certámenes de la Conmebol le dio a los futbolistas aztecas otro roce que era necesario buscar fuera de la zona de la Concacaf. La inclusión del Tri en la Copa América primero, y la presencia de los clubes en las copas Libertadores y Sudamericana después, abrieron nuevas perspectivas: en la actualidad para ir a jugar a México hay que tener buen nivel.
Seguirán cruzando desde el sur del continente futbolistas argentinos que buscan una aventura sin más compromiso que el de encontrar una buena paga. Pero la tendencia hoy se está revirtiendo: varios de quienes hoy están brillando en el futbol argentino vienen de malas experiencias –a lo sumo de la intrascendencia–en el balompié mexicano.
El caso de San Lorenzo de Almagro, resucitado después del estrepitoso fracaso de Óscar Ruggeri (otro más) en 2006, es elocuente. En enero llegó Ramón Díaz y metió su mano en el plantel: su gran capacidad motivadora, sumada a un mensaje simple y contundente provocó una revolución en el equipo, que hoy es el indiscutido líder del Torneo Clausura. Varias de las figuras de este San Lorenzo vienen de un paso sin brillo por las canchas de México.
El nuevo ídolo es Gastón Fernández, sí, la “Gata”, el mismo que vistió la camiseta de Monterrey. Lo secunda en la tarea del gol Andrés Silvera, aquel que hasta hace poco jugaba en Tigres. Pero hay más, una de las manijas del equipo es Christian Ledesma, aquel que en 2003 defendió los colores de los Rayados de Monterrey y a quien pocos aficionados recuerdan. Es tan importante y destacada su labor que Alfio Basile lo convocó a la Selección Argentina. Otro de los que hoy se lucen en San Lorenzo es Diego Rivero, el “Burrito”, que no vio la suya ni en Pachuca ni en Cruz Azul.
Hay más. El arquero revelación del campeonato es inesperadamente Mauricio Caranta. Prácticamente desconocido en la Argentina –jugaba en Instituto de Córdoba antes de emigrar-, llegó desde Torreón después de que Oswaldo Sánchez se adueñara del pórtico de Santos Laguna. Firmó para Boca Juniors sabiendo que debía ganarse un lugar desde cero. Sus actuaciones cada vez más sólidas convencieron al entrenador Miguel Ángel Russo y hoy, con atajadas espectaculares, nadie lo mueve del arco.
No es el único portero que pasa por un buen momento: Cristian Lucchetti, también ex Santos Laguna, vive en Banfield uno de sus mejores momentos, más allá de la imagen que se haya retenido en México tras el 4-0 que le propinó el América. Y es en Banfield donde el uruguayo Josemir Lujambio encontró la fuente de la juventud: a los 35 años sigue empecinado en transitar la senda del gol, con una producción muy superior a la que desarrolló en Querétaro y Celaya. Todos tienen el suficiente nivel como para destacarse en un futbol tan exigente como el argentino. A diferencia de nombres como La Volpe, Mohamed, Gaitán o “Chelito” Delgado, ninguno tocó el cielo en tierras mexicanas… Pero de regreso a las pampas recuperan su brillo. Algo está cambiando. Cruz Azul fue finalista de la Libertadores, Pachuca ya levantó la Copa Sudamericana, varios futbolistas vuelven de México para destacarse en la Argentina… ¿El próximo capítulo se escribirá en la Copa América de Venezuela?

martes, 10 de abril de 2007

Monopolio latino

Artículo publicado en la revista Fox Sports, en marzo de 2007.
Por PABLO ARO GERALDES

Nunca el fútbol latino había sido tan protagonista de los festejos de selecciones y clubes, en mayores y juveniles. Alrededor del planeta, los jugadores de estas latitudes marcan la diferencia... y ganan todo.

A contramano del vértigo que impone el fútbol moderno, que se empecina en privilegiar el resultado antes que la estética del juego, la realidad indica que la fantasía y el ingenio son el mejor camino para el éxito. Sin vueltas: jugar bien es la mejor forma de ganar.
El repaso a los torneos más importantes del planeta deja una conclusión contundente y abrumadora en favor de este enunciado: están en manos latinas la Copa Mundial de la FIFA, los Mundiales Juveniles Sub 20 y Sub 17, la Champions League, la Copa UEFA, el Mundial de Clubes y la medalla de oro olímpica. Pero primero hay que aclarar: ¿a qué se llama latino, exactamente? El diccionario de la Real Academia Española no deja dudas: latino es aquel “natural de los pueblos de Europa y América en que se hablan lenguas derivadas del latín”. Grosso modo –hablando de latín–, se consideran latinos los países en los que se habla español, italiano, portugués y francés.
Desde sus inicios, la supremacía futbolística estuvo –lógicamente– en manos de los británicos, los creadores del juego. Pero el fútbol se expandió por el mundo y en las más diversas latitudes encontró millones de seguidores, entusiastas y fanáticos.
Con el correr de los años, el dominio pasó de manos inglesas al norte de Europa, con Alemania, Holanda y los países escandinavos como puntos más fuertes. Ellos dominaron el juego en las primeras décadas del Siglo XX.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, en la era de la “Guerra Fría” y la “Cortina de Hierro”, las naciones del este europeo marcaron su poderío: la Unión Soviética, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia y Alemania Oriental hicieron gala de su fútbol. A partir de los años ’80 empezó a emerger la frescura atractiva del fútbol africano mientras, al estilo europeo, se desarrollaban diferentes países de Asia, Oceanía y el Caribe de habla inglesa.
Siempre, paralelamente, fue creciendo el estilo latino. Tanto Italia, España, Francia y Portugal como América Latina (desde México a Argentina) aumentaron su presión sobre el resto del orbe, hasta convertirse en dominadores.
Es en la Copa del Mundo donde mejor puede compararse la evolución o el dominio de un estilo sobre el otro. Allí, con la excepción de la Copa de Italia 1990, desde 1978 hasta hoy el campeón es de origen latino. La locura de Kempes (Argentina ‘78), el grito de Tardelli (España ‘82) o las maravillas de Maradona (México ‘86) son una muestra. La movilidad del balón al ras del suelo, el cambio sorpresivo de ritmo y la vocación ofensiva son una marca registrada de los latinos, sean brasileños, franceses o argentinos. La fantasía es irrenunciable. Pero si en el pasado los jugadores de los países latinoamericanos eran contratados para sumar una plus de creatividad, hoy terminan siendo determinantes en las principales ligas de Europa y Asia.
Así siguieron marcando el ritmo en Estados Unidos ’94, con Romario a la cabeza de Brasil; Francia ’98, con la mejor versión de Zinedine Zidane y compañía; y en 2002, siguiendo las travesuras de Ronaldo. En Alemania 2006, la tendencia siguió a la par de los latinos europeos, con tres semifinalistas: Italia, Francia y Portugal. Y esta Copa Mundial confirmó varias situaciones. Solamente Inglaterra consiguió clasificarse en representación de los británicos y nuevamente naufragó en cuartos de final. Los países del este europeo tuvieron un triste rol y se despidieron en la fase inicial: Polonia, Serbia y Montenegro, la República Checa y Croacia. Solamente la debutante Ucrania pudo un poco más. Pero también es destacable la ausencia de Seleccionados poderosos de antaño como Rusia, Hungría, Bulgaria o Rumania. Su protagonismo se va diluyendo con el tiempo.
Africa siempre insinúa un progreso desde sus equipos juveniles, pero no termina de confirmarlo entre los mayores. Y Asia dio muestras de crecimiento, pero no todavía para disputarle el dominio a los latinos.
Entre los juveniles, la tendencia es aún más marcada. De 15 Campeonatos Mundiales Juveniles, los latinos ganaron 12 (Argentina 5, Brasil 4, Portugal 2 y España 1). Los argentinos, con Messi como abanderado, volvieron a ratificar su poderío en Holanda 2005. Y en el torneo disputado en Emiratos Arabes Unidos en 2003, los cuatro mejores fueron latinos: Brasil, España, Colombia y Argentina. ¿Casualidad? Estos mismo cuatro países se quedaron con los cuatro primeros puestos en el Campeonato Mundial Sub 17 de ese año, en Finlandia.
A propósito de la menor de las categorías de FIFA, allí se marcó claramente un cambio de rumbo. Se jugaron 11 y los equipos latinos ganaron los 5 últimos. El actual campeón es México, que en la final de Perú 2005 derrotó 3-0 a Brasil, lo que marca que el estilo latino no se limita a Sudamérica.
Algo similar ocurre en los Juegos Olímpicos. En Moscú 1980, con el boicot del bloque occidental, se vio la última escena del dominio soviético. En los seis Juegos que siguieron siempre hubo presencia latina en la final.
Si se repasa el historial de la Copa Confederaciones, desde que la disputan todos los campeones continentales siempre quedó en manos latinas: Brasil, México y Francia.
Entre los juveniles europeos, la tendencia latina también queda sellada en el historial. Desde que se estableció el actual formato, en 1986, el campeonato continental Sub 21 tuvo once ediciones, de las cuales siete tuvieron a una Selección latina en lo más alto del podio. Cinco copas fueron para Italia, dos para España y una para Francia. Curiosamente, Portugal, toda una potencia entre los juveniles, no llegó a conquistar este certamen.
La abrumadora supremacía latina se repite entre los Sub 18: en las últimas dos décadas, Francia festejó 5 veces, España 4 y Portugal 2. El resto de los torneos se los repartieron de a uno diversas naciones, incluidas las extintas Unión Soviética y Alemania Oriental.
Al repasar estos palmarés tan desparejos, queda claro que no se puede hablar de un “fútbol europeo”, es preciso diferenciar la escuela latina de la británica, la nórdica, la del bloque oriental, etcétera.

SANGRE Y TALENTO
Hasta aquí, el repaso se refirió a países. Pero entre los jugadores la presencia de los latinos es todavía más determinante en los equipos exitosos. 13 de los 16 “Jugadores del Año” elegidos por la FIFA fueron de países latinos, incluyendo todos desde 1996 a la fecha; Ronaldo, Zidane, Rivaldo, Figo, Ronaldinho y Cannavaro. La fantasía viene de los países latinos... y los goles también. Thierry Henry (Francia), Diego Forlán (Uruguay) y Luca Toni (Italia) ganaron las tres últimas botas de oro europeas.
Los futbolistas latinos –especialmente los de América– son determinantes en sus equipos. En el Barcelona que se quedó con la última Champions League brillaron Messi, Deco y Rafa Márquez (premiado por FOX SPORTS como el mejor futbolista latino en Europa). También se destacan en las más remotas latitudes: Jeonbuk Motors, el equipo coreano campeón de Asia, tenía su cerebro en el brasileño Botti y sus goles en su compatriota Zecarlo. En los egipcios de Al Ahly, campeones africanos, se destaca la conducción técnica del portugués Manuel José.
Otra manera de exportar la manera latina de jugar y vivir el fútbol es mediante la contratación de entrenadores. Selecciones de las más diversas geografías son conducidas por técnicos latinos, como Arabia Saudita (Marcos Paquetá, brasileño), Serbia (Javier Clemente, español), Tanzania (Marcio Máximo, brasileño) o Fiji (Carlos Buzzetti, uruguayo).

LATINO F.C.
Si se habla de fútbol a nivel de clubes, los latinos también marcan presencia en los campeonatos más importantes: los brasileños de Inter de Porto Alegre ganaron el Mundial de Clubes de la FIFA, en Japón, donde Sao Paulo había ganado la edición anterior (batiendo en la final al Liverpool inglés).
Entre los clubes, en el siglo XXI todas las finales de Champions League tuvieron al menos una presencia latina. La última definición sin sabor latino fue la de 1999, cuando Manchester United (Inglaterra) superó a Bayern Munich (Alemania) 2-1.
Para que el dominio sea completo, la Copa UEFA también quedó en manos latinas: el Sevilla español superó 4-0 al Middlesbrough inglés, en un cruce de estilos muy marcado. No dejaron nada para los demás.
En la comisión técnica de la FIFA hay dos prestigiosos ex futbolistas latinos: el peruano Teófilo Cubillas y el colombiano Francisco Maturana, ex entrenador de varios equipos nacionales. Cubillas (un fino jugador de los Mundiales 1970, 1978 y 1982) le encuentra una explicación al fenómeno de este monopolio: “El fútbol se vuelve cada vez más rápido, con más juego aéreo y vertical. Pero los latinos ponen la pausa, esa que no se encuentra en futbolistas de cualquier latitud. Ellos hacen la diferencia que termina siendo ganadora”. Maturana tiene una opinión similar: “Todo es muy rápido, como en una autopista. Pero el fútbol, antes que con los pies, se juega con la cabeza. Y para pensar hay que detener el balón, pisarlo, llevarlo junto al césped, tratarlo bien. En este rubro, no hay duda de que los latinos son los mejores”.
Incluso dentro de Sudamérica se vio en los últimos años un crecimiento de “nuevas” naciones, como Ecuador, que llegó a las Copas Mundiales 2002 y 2006, y Venezuela, que cada temporada juega mejor.
Todos crecen, por aquí y por allá. Los británicos son los maestros; los nórdicos y los del este de Europa ponen su poderío físico. Africa aporta fantasía y cada vez más conciencia táctica, lo mismo que los países árabes, con gran presencia de entrenadores sudamericanos. Asia también sube escalones. Pero el mundo de este deporte tiene un claro dominador. Aunque el fútbol es un invento inglés, hoy el balón tiene acento latino.

jueves, 5 de abril de 2007

El desafío de Carlos Bilardo: hacer reir

Artículo publicado en la revista Kicker China, en abril de 2005.
Por PABLO ARO GERALDES

Campeón mundial en 1986 y subcampeón en 1990, el entrenador argentino Carlos Bilardo parece haber abandonado definitivamente su rol en las canchas de fútbol: luego de varios años de alternar sus trabajos como director técnico y comentarista de la cadena Fox Sports, el domingo comenzó su carrera como... ¡actor cómico!
Es el protagonista de “Lo de Bilardo”, una comedia que mezcla ficción y realidad, donde el entrenador actúa de sí mismo y vive situaciones graciosas con sus cuñados y sobrinos, todos interpretados por actores. El programa se emite desde Buenos Aires los domingos al mediodía y Bilardo comenta con los demás personajes situaciones del fútbol que se jugará por la tarde, y mezcla entrevistas que él le realiza a futbolistas.Kicker dialogó con Bilardo en medio de un ensayo para conocer esta nueva faceta:

-¿Además de médico, futbolista, entrenador y periodista, ahora es actor?
-Sí, acepté esta propuesta porque se habla de la familia y eso es importante, además me divierto mucho actuando. Cuando jugaba al fútbol era el bromista del equipo; después, como entrenador tuve que poner seriedad, pero llegué a un punto en el que no quiero tantas preocupaciones, y esto es divertido. Además también hago de periodista en el programa y tiene mucha música.
-¿Música?
-Sí, cada semana nos visitará un grupo musical y todos terminamos bailando...
-¿Y cómo se lleva con los libretos; le cuesta memorizarlos?
-Uh, son como 30 páginas, así que me ayuda el apuntador. Él me dice cuándo tengo que empezar a hablar, cuándo tengo que hacer el remate de un chiste. Eso me llevará un tiempo aprenderlo. Los libretos hay que repetirlos varias veces en los ensayos, como a las jugadas preparadas del fútbol.
Durante una hora y cuarto, “Lo de Bilardo” muestra la vida en una típica casa de Buenos Aires, en el clima familiar de los domingos al mediodía. La idea surgió del periodista Daniel Dátola, que es el guionista de la serie.

En esta mezcla de realidad y actuación hay un personaje que Bilardo conoce muy bien: su esposa.
Ella hace de mi esposa también en la ficción, pero no se la ve. Solamente aparece su voz por teléfono, o cuando me llama desde la cocina”.
-¿Se siente cómodo en esta nueva profesión?
-Yo no soy actor, trato de aprender de mis compañeros y hacerlo lo mejor que puedo para que los televidentes se diviertan como nos divertimos nosotros al grabarlo. Cada semana habrá muchos invitados: para el primer programa está Héctor Enrique, volante campeón del mundo en el ’86, un humorista, y una banda de rock & roll.
-¿Cómo es su personaje?
-Yo hago de “Carlo”, un tipo que va, que viene, siempre activo, como soy yo en la realidad.
-¿Y tiene algún amuleto, como en el fútbol?

-Sí, un bidón, ja ja ja...


La risa tiene un por qué: un bidón de agua fue protagonista de una larga polémica en Italia ’90. La anécdota cuenta que en el encuentro ante Brasil, mientras un jugador argentino estaba lesionado en el suelo y sus compañeros tomaban agua para refrescarse del calor, el brasileño Branco se acercó y pidió un trago. Desde la banca argentina le acercaron un bidón y al rato Branco debió abandonar la cancha con fuertes dolores estomacales. ¿Le mezclaron algún medicamento en el agua? La verdad nunca se sabrá, aunque Maradona insista en que fue así.
Bilardo dirigió por última vez a Estudiantes de La Plata, el club que lo vio triunfar como jugador a fines de la década del ‘60, en la temporada 2003/04, con resultados irregulares.
Tienen 64 años y aunque es su primera vez como actor, ya dio algunas muestras de comedia. Reconocido por su apego a la táctica, su antítesis conceptual es César Menotti, un entrenador que siempre buscó fórmulas ofensivas. El año pasado, un seguidor de Menotti dijo que “Bilardo es un técnico especulador, que no puede disfrutar del fútbol”. Y para responderle, la tarde que Estudiantes visitó a River Plate, Bilardo puso junto a la banca una mesita con una copa y una botella de champagne, como para desmentirlo y disfrutar.
Pero las bebidas alcohólicas están prohibidas en los estadios argentinos y llegó la policía y una jueza secuestró la botella. El chiste terminó cuando la justicia comprobó que Bilardo había llenado la botella con... Gatorade.
Bilardo, todo un comediante.

domingo, 1 de abril de 2007

Sudáfrica 2010: ya hay tres afuera

El Mundial de Sudáfrica 2010 arrancará su eliminatoria con récord de 204 selecciones nacionales inscriptas, más el anfitrión que ya está clasificado, lo que da un total de 205 aspirantes a suceder a Italia en el trono de la FIFA.

Entre los participantes está incluida Montentego que, previa aprobación del Congreso de la FIFA, se convertirá en el 208º miembro, en mayo próximo.
Solamente las asociaciones de Brunei Darussalam,
Filipinas y Laos no se inscribieron para participar en la fase preliminar para Sudáfrica.
La marca anterior se había registado en las eliminatorias a la Copa Mundial de la FIFA 2002 con un total de 199 equipos anotados.

Finalmente, 193 equipos tomaron parte. Para el Mundial 2006 hubo 198 equipos inscriptos, de los cuales 194 participaron en la competición preliminar.


Los primeros partidos eliminatorios se jugarán en agosto de 2007. La Confederación de Fútbol de Oceanía celebrará del 25 de agosto al 8 de septiembre los Juegos del Pacífico Sur, que servirán de eliminatoria preliminar para la zona oceánica.

Sudáfrica, país organizador, está clasificado de oficio, mientras la distribución de las 31 plazas restantes es la siguiente:

- AFC (Asia): 4,5 (*)
- CAF (África): 5
- CONCACAF (Norte, Centroamérica y el Caribe): 3,5 (**)
- CONMEBOL (Sudamérica): 4,5 (**)
- OFC (Oceanía): 0,5 (*)
- UEFA (Europa): 13
(*) AFC y OFC competirán por una plaza
(**) CONCACAF y CONMEBOL competirán por una plaza.